lunes, 5 de enero de 2009

Algunos aspectos de la cesárea en México y en el Estado de Michoacán.

En México, al igual que en muchos otros países de América Latina el avance de la tecnología unido a la práctica médica ha dado como consecuencia que el uso indiscriminado de la operación cesárea se haya convertido en una epidemia que amenaza la vida de las mujeres y de sus hijos ya que de acuerdo a especialistas el riesgo de muerte de la madre se incrementa de 7 a 10 veces con respecto del parto normal, mientras el costo económico se triplica.
En 1985, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció que no más de 15 % de los embarazos deberían concluir con una cesárea, con base en los indicadores de países que reportan bajas tasas de mortalidad, como son los europeos y sobre todo los escandinavos, que logran niveles de hasta 10 %.
Sin embargo, en México la frecuencia de la operación cesárea ha aumentado en forma constante desde los años 50, cuando 2 a 3% de los embarazos se resolvían con ese procedimiento. Para los años 80 la frecuencia ya era de más de 30 % en hospitales generales y de 42 % en las unidades de alta especialidad. Un reporte de 2005 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indica que en ese año 43.5 % de los embarazos concluyó con una cesárea
Las cesáreas en México se han incrementado considerablemente en los últimos 10 años, en particular en las instituciones de la seguridad social y en el sector privado. Dicho incremento ha sido de poco más de 1% anual, pero en algunas instituciones públicas (IMSS, ISSSTE) y en el sector privado la tendencia al alza es todavía mayor. Actualmente, el porcentaje es más o menos el mismo en las instituciones públicas, pero en el sector privado llega hasta entre 80 y 85 por ciento. Dicho incremento está relacionado con el nivel socioeconómico de las Entidades Federativas y la oferta de servicios de especialidad que también parece jugar un papel importante en el crecimiento explosivo de este procedimiento

Los niveles alcanzados superan con mucho el estándar fijado por la OMS.

Son muchas las razones que se han establecido para explicar este alto índice de cesáreas en México:

La percepción por parte de los prestadores de salud que la cesárea es un procedimiento mas seguro que el parto vaginal pues está exenta de riesgos tanto para la madre como para el bebé
En México la disponibilidad de especialistas está estrechamente ligada con la frecuencia de las cesáreas. Hay autores que sugieren que este hecho está relacionado con una creciente disponibilidad de mejor tecnología quirúrgica que los especialistas “no pueden dejar de utilizar”, en contraste con los médicos generales y familiares, que no están capacitados para hacer uso de ella. Esta tecnología, además, es promocionada de manera muy agresiva por la industria.

El perfil del especialista juega también un papel central. Muchos obstetras, formados en ambientes cada vez más intervencionistas, están mejor capacitados para atender partos quirúrgicos que para atender nacimientos que podrían efectuarse de manera segura por vía vaginal.
La disminución de las habilidades obstétricas del personal encargado de la atención de los partos. Los médicos jóvenes tienen mayor probabilidad de llevar a cabo una cesárea cuando enfrentan problemas de distocia que los médicos más experimentados.
La creciente edad de las madres
Avance de la ciencia y la tecnología médicas
, los equipos modernos que han permitido mejorar la práctica de la cirugía y concluir un proceso de la manera más sencilla posible y, aparentemente, sin complicaciones, además de mayor capacidad tecnológica para detectar sufrimiento fetal

La preferencia por este procedimiento que manifiestan ciertos sectores de la sociedad,

Diversos incentivos económicos relacionados con los seguros privados.


Temor entre médicos y mujeres En la década de los años 70 la atención de los médicos estaba centrada en el supuesto riesgo de lesión cerebral que se ocasionaba al bebé en el momento del parto. Se generó miedo entre la comunidad médica y las mujeres. Sin embargo, a más de 30 años, las estadísticas dan cuenta de que el número de niños con este tipo de problema sigue siendo el mismo. La frecuencia de 0.5 a 1.5 por cada mil nacidos vivos se mantiene hasta la fecha.

La carencia de equipo y personal persiste en los hospitales del país, en particular en las zonas rurales, lo que dificulta cualquier estrategia encaminada a abatir el número de cesáreas. A ello habrá que sumar que, en los lugares donde sí los hay, los servicios de salud están rebasados por la alta demanda de atención.

La inducción a las mujeres para que prefieran la cesárea con el fin de evitar el dolor.
Aspectos sociales, cambios en educación y aparición de problemas obstétricos que en la actualidad son más frecuentes que en el pasado.

Múltiples razones como son desproporción céfalo-pélvica, sufrimiento fetal y cesárea previa, o cesáreas programadas en base a otras causas como son: poco líquido amniótico, bebé grande, placenta calcificada, circular de cordón o falta de encajamiento, a veces desde la semana 38, mujer mayor de 35 años o ,menor de 17 entre otras que no están justificadas como causantes de cesáreas.

El aumento de las cesáreas que no tienen justificación clínica preocupa a las autoridades sanitarias y a los prestadores de servicios de salud porque eleva los costos de la atención médica, y expone a la madre y al bebé a riesgos innecesarios.

El tema ha ocupado la atención de los expertos mexicanos durante más de una década, sin que hasta ahora se haya logrado impulsar una estrategia nacional permanente para abatir el número de cesáreas. Ha habido campañas, cursos de capacitación, pero sin continuidad
En el caso específico del Estado de Michoacán y de su capital Morelia podemos observar lo siguiente:

Michoacán es un Estado que se encuentra ubicado en la zona centro occidente de la República Mexicana y cuya capital es la ciudad de Morelia. El estado ocupa el segundo lugar a nivel nacional en expulsión de migrantes, ocupa el cuarto lugar nacional con menor promedio de escolaridad y la posición 29 en cobertura de educación secundaria.
De acuerdo con proyecciones del Consejo Nacional de Población (Conapo), este año la población del estado es de tres millones 977 mil 964 habitantes, y la entidad es calificada como de alto grado de marginación. El índice relativo al género (IDG) de la entidad es de 0.7477, lo que indica que las mujeres siguen en condición de rezago.

En Michoacán, las cifras presentadas por el Primer Informe de Gobierno del presidente Felipe Calderón muestran que a pesar de que la mortalidad infantil se ha reducido de 22.4 casos por cada mil nacidos vivos en 2000 (alrededor de mil 927 defunciones), a 17.7 casos en 2007 (mil 306 muertes) la entidad es el sexto lugar nacional con mayor mortalidad en menores de un año. En dicho informe en 2000 la tasa de mortalidad materna en Michoacán fue de 57.4 muertes por cada 100 mil nacidos vivos (49 mil 388 casos). En 2005 esta tasa fue de 55.1 muertes por cada cien mil nacimientos (40 mil 677 casos). Entre 2000 y 2007, Michoacán ha aumentado el número de partos por cesárea en casi siete puntos porcentuales, pasando de 32.3% a 39.2% de los partos, siendo esta cifra superior al promedio nacional, que es de 36.4%. Cabe destacar que en 2005 sólo 59.6% de los partos se dieron en unidades médicas especializadas (43 mil 999 partos), lo que lo ubica a Michoacán en el sexto lugar nacional con mayor número de partos sin atención especializada. En hospitales privados el índice de cesáreas en Morelia está en 83% lo que coloca a nuestra ciudad en el tercer lugar a nivel nacional después de ciudades como Monterey y Guadalajara.

Conclusiones de la Red Michoacana por la Humanización y Dignificación del Parto y en Nacimiento en relación a la situación de la cesárea en México y en el Estado de Michoacán:

Como podemos observar el panorama en México con respecto al índice de cesáreas y sobretodo en nuestro estado no es nada alentador, nosotros tenemos como uno de nuestros objetivos promover y proteger la humanización y dignificación del parto y del nacimiento, disminuyendo los índices de morbilidad materna y perinatal. En este sentido en cuanto a la operación cesárea nos enfrentamos a todas las razones antes mencionadas para su uso excesivo y a la realidad siguiente:

Podemos concluir que en ningún hospital de nuestro estado se siguen las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, las cesáreas son buen negocio y en los hospitales privados no existe un comité u órgano que obligue a los médicos a justificar las cesáreas que practican.

En México la Secretaría de Salud ha emitido diversas normas oficiales que deberían regir los servicios médicos, como por ejemplo las NOM007 SSA2 1993, sobre la Atención del Embarazo, Parto y Puerperio, la NOM190 SSA1 1999 sobre la Prestación de Servicios de Salud, La Ley General de Salud y una infinidad mas de normas relacionadas con el área de la salud. Además existen una gran cantidad de ONG’S que se ocupan de luchar a favor de los derechos de las mujeres. Pese a todas estas normas estas no se aplican y tampoco existen sanciones o incentivos a los hospitales o a los prestadores de servicios de la salud para que se observen y se apliquen además de que son pocas las organizaciones que se ocupan de empoderar a las mujeres mediante la educación y el conocimiento de sus derechos para que puedan dar a luz y criar a sus bebés con respeto, dignidad y en un ambiente de amor.

Dentro de los esfuerzos que está haciendo el gobierno de México, la Secretaría de Salud (SSA) presentó el Modelo de Parto Vertical que busca mejorar la calidad de la atención de las mujeres durante el embarazo, parto y puerperio. Dicho modelo busca que las mujeres tengan movilidad y reducir el sufrimiento fetal. En dicha propuesta la mesa de parto vertical, diseñada por el Centro Nacional de Excelencia Tecnológica, se pondrá en prueba en varios hospitales del país para conocer en la práctica su funcionalidad y hacerle las modificaciones sugeridas por las pacientes y personal de salud.
En este sentido también se trabajará con las diferentes escuelas y facultades de medicina para introducir este modelo de atención del parto y se cuenta con algunos centros obstétricos como el de la Clínica de la Mujer de la Secretaría de la Defensa Nacional para capacitar a los especialistas interesados. Michoacán es uno de los Estados de la República en donde se comenzará en breve a aplicar esta propuesta. Habrá que esperar para saber si esta estrategia dará resultado en el corto o largo plazo.
El gasto en cesáreas injustificadas en el estado de Michoacán está calculado en 12 millones de dólares al año, dinero que se podría aprovechar en otras áreas del sector salud con tan solo poner en práctica programas de capacitación en la atención al parto natural.
En las escuelas de medicina y los hospitales en donde se especializan los ginecoobstetras no hay un perfil humanista ni social acerca del nacimiento. Solo se da prioridad a la técnica y el uso de la tecnología Por lo que los médicos recién egresados de estas escuelas salen con poca o nula habilidad para atender un parto. por vía vaginal
El terrorismo obstétrico durante la gestación, induciendo miedo a la madre durante cada consulta médica a tener un parto y aumentando sus niveles de estrés explicándole cuáles son los riesgos a los que tanto la madre como el bebé se están enfrentando y se enfrentarán al momento del parto, aunado a la presión social y familiar de que la cesárea es lo mas seguro donde la madre y el bebe no sufre ni corre riesgos.
Otro aspecto importantísimo es el estado de marginación y de pobreza que existe en nuestro país y sobretodo en nuestro estado lo cual redunda en una falta de educación. Como grupo consideramos que la educación es la base para erradicar el hambre la pobreza y la marginación al igual que la desigualdad social y de género.

Consideramos que nuestro papel como educadoras perinatales está en educar a las mujeres y a sus familias para que conozcan acerca de su cuerpo, de su salud y sus derechos para que puedan exigirlos ejercerlos y tomar decisiones libremente informadas respecto al cuidado de su salud y la de sus hijos y los puedan criar en un ambiente de amor y seguridad. Estas familias con educación poco a poco podrán ir cambiando las cosas.

Respecto a los Drs. Vargas que son nuestros médicos de la Red creemos que su misión y su trabajo es valiosísimo ya que son los pioneros de la psicoprofilaxis en nuestro estado y poco a poco han ido cambiando las opciones que las mujeres tienen para dar a luz a sus bebés, y comenzar la crianza con apego y amor además que han abierto y puesto el dedo en la llaga en los procedimientos que sus colegas ginecoobstetras realizan, ahora hay miedo y rechazo hacia sus métodos pero creemos que poco a poco irán sensibilizando el trabajo de algunos de sus colegas para que se sumen a estos esfuerzos por la humanización y dignificación del parto y el nacimiento.

Diciembre del 2008. Red Michoacana por la Humanización y Dignificación del Parto y el nacimiento. “Saber Nacer”.

Bibliografía:

Informe de atención de la mujer durante el embarazo, puerperio y del Recién Nacido.2008

Puentes-Rosas E, Gómez-Dantés O, Garrido Latorre F. “Las Cesáreas en México: Tendencia, niveles y factores asociados.” Salud Pública Méx. 2004: 46; 16-22

Fuentes Mario Luis. “La cuestión Social en México. Michoacán: El abismo del desarrollo y la pobreza. Periódico Excélsior. Sección Segunda opinión. Septiembre del 2008. México.

Cruz Martínez Ángeles. “La práctica dela cesárea se ha convertido en epidemia: expertos”. Diario La Jornada. Agosto del 2006. México.

Ruiz Miriam. “Grave en México la epidemia de cesáreas: OMS.” CIMAC. Periodismo con perspectiva de género. México DF. Agosto del 2003.

domingo, 9 de noviembre de 2008

¿Qué significa la Humanización del parto y el nacimiento?

Para cambiar la vida es preciso cambiar primero la forma de nacer. Michel Odent-


La Red Latinoamericana de Humanización del Parto y Nacimiento fue creada el año 2000 durante un encuentro internacional realizado en Brasil, con el objetivo de aunar esfuerzos en pro de la humanización de todo el proceso de la maternidad. Cuenta con representación en todos los países de Latinoamérica y El Caribe, y en Concepción es coordinada por la académica de la carrera de Obstetricia y Puericultura, Yolanda Contreras.


“El parto y nacimiento son el principio y punto de partida de la vida y son, por ello, procesos que afectan al resto de la existencia humana. De ahí que la humanización del parto constituye una necesidad urgente y evidente. Por tanto, creemos firmemente que la aplicación de la humanización en los cuidados que se proveen al comienzo de la vida humana será determinante y definitiva para las sociedades futuras.”
Declaración de Ceará sobre la humanización del parto, Fortaleza –Brasil 2002

La humanidad ha sabido, por miles de años, reconocer sus procesos fisiológicos y actuar acorde con la naturaleza. La industrialización y la medicalización de nuestras sociedades nos ha llevado a una separación de esa sabiduría y a cometer actos absurdos, peligrosos y denigrantes.

Es sabido que la tecnología ha salvado muchas vidas, pero también es sabido que ha ocasionado muchas muertes. El parto humanizado no va en contra de la tecnología; va en contra de la mala utilización que en la mayoría de las instituciones médicas de América Latina se hace de ella.

La propuesta de humanización del parto y el nacimiento se basa en el respeto a los derechos humanos, busca cambiar la idea de que el embarazo y el parto son una enfermedad y, sobre todo, es un requisito para un parto saludable y una bienvenida amorosa a las nuevas personas que llegan a este mundo.

La pregunta no es si esos cambios son necesarios y si deben hacerse, sino cuándo se harán. La humanización del parto y el nacimiento es un movimiento mundial que poco a poco va creciendo y obteniendo el reconocimiento de cada vez más personas en el mundo y, lentamente, va ganando espacio entre los organismos estatales y multilaterales relacionados con la salud y la infancia.

La Red Latinoamericana y del Caribe por la Humanización del Parto y el Nacimiento ha elaborado algunos pasos que deberán darse pronto en todos los países de la región para poder ir hacia un futuro en donde los partos y los nacimientos den vida a una nueva sociedad. Recordemos que “cambiar la forma de nacer cambia la forma de vivir”.

Pasos para el parto y nacimiento humanizados


Hacer respetar los derechos y el rol protagónico de la mujer que pare y el bebé que nace.
La humanización del parto y el nacimiento se basa en el respeto a los derechos humanos. Específicamente, respetar los derechos de las madres y de sus bebés es una condición básica para el parto humanizado y debería ser reseptado en cualquier centro de salud o lugar donde se atiendan partos.

Erradicar todas las formas de violencia en la atención del embarazo, parto y nacimiento.
Se debe formar y capacitar al personal de salud, tanto profesional como administrativo, con el fin de humanizar la atención, para que respete y dignifique a las mujeres en su calidad de usuarias de los servicios de salud. La rutina diaria del personal de salud nunca deberá justificar situaciones de violencia hacia las mujeres. Eliminemos la violencia creando ambientes agradables donde las mujeres se sientan amadas, acompañadas, respetadas, en su intimidad, que pueden expresar sus necesidades logrando ser las verdaderas protagonistas de su maternidad.

Fomentar, mejorar y crear mecanismos de denuncia al alcance de las mujeres.
Todo sistema de salud debe ser autocrítico y para mejorar permanentemente sus servicios debe incorporar las críticas, recomendaciones y denuncias realizadas por las usuarias. Las mujeres deben sentirse apoyadas y estimuladas a denunciar servicios y/o prestadores de salud que no brindan una atención de calidad.

Crear espacios para la participación activa de las mujeres en la atención materno-perinatal y en la elaboración y evaluación de políticas.
Solo con una verdadera participación de las usuarias de los servicios podrá establecerse un sistema democrático en donde el servicio está en constante mejoría y avance a favor de toda la sociedad. No es suficiente solamente brindar la información a las usuarias sobre el tipo de servicio que recibirán. Se deben crear instancias permanentes y abiertas donde se establezcan diálogos entre el personal de salud, la administración de las instituciones médicas y las usuarias para que las sugerencias de todas las partes puedan ser incorporadas en las normas o políticas nacionales relacionadas con la atención materno-perinatal.

Revisar las tecnologías utilizadas y evaluar las nuevas antes de su incorporación en la atención materno-infantil.
Las personas involucradas en la atención materna y perinatal deben evaluar la tecnología utilizada en la actualidad y tener rigurosidad a la hora de incorporar nuevas tecnologías. Luego de introduciras esas tecnologías es muy dificil dejar de usarlas aunque se demuestre que son inútiles. Por eso se debe exigir amplias investigaciones sobre la eficiencia y eficacia de los métodos antes de su introducción, comparando con otros métodos tradicionales y biológicos, de menor impacto para poder elegir con base en criterios científicos y de mayor utilidad real para la mujer, protagonista del proceso.

Lograr una atenciòn del embarazo, parto y nacimiento integral, de calidad y sin discriminaciones.
La mujer debe estar involucrada en sus cuidados y en el proceso de su atención, debe conocer en profundidad el proceso reproductivo y las mejores evidencias científicas que mejoren los resultados en su salud reproductiva, esto se logra a través de conocimientos y aplicación por parte de la pareja de conductas y cuidados apropiados.

Se debe facilitar que la mujer pueda elegir y mantener el mismo grupo de profesionales que la asitió durante todo el proceso de su gestación, para que la acompañe en el parto, permitiéndole seleccionar el lugar en que será asistido su parto.

Buscar alternativas y opciones diferentes para la atención del embarazo, parto y nacimiento.
La mayoría de los países con los más bajos índices de morbi-mortalidad materno infantil son aquéllos que han incluido en los sistemas de atención del parto casas especiales o “maternidades” y el parto en casa. Estos sistemas han demostrado que ahorran recursos económicos ya que no se abusa de las nuevas y costosas tecnologías que se aplican indiscriminadamente en los lugares de atención en la actualidad. Se pueden crear espacios “humanizados” en los hospitales lejos de los espacios dedicados a las enfermedades como un primer paso. El objetivo es que las mujeres y sus familias tengan opciones para elegir verdaderamente la forma en que será atendido su parto.

Capacitar de manera permanente (con evidencia científica y sabiduría ancestral) a las personas encargadas de los servicios de salud.
El equipo de salud debe basar su práctica clínica en las mejores evidencias científicas disponibles y aplicarlas. Deben además revisar en forma frecuente y periódica la literatura científica para actualizar su conocimiento y brindar así la mejor atención. Debería incluirse en las universidades públicas (y alentar a las privadas) a la creación o mejora de las carreras para formación de parteras profesionales. Aquí es clave la inclusión de las parteras empíricas como parte del cuerpo docente. No trayéndolas a las universidades sino, más bien, llevando a las estudiantes a las comunidades a visitar y aprender de su forma de ver la profesión y la vida. Uno de los mecanismos es la retroalimentación en la formación. Tanto se puede aprender como enseñar y en el intercambio de las capacidades y nociones del oficio está el aprendizaje mutuo.

Conocer la realidad de la atención del parto y el nacimiento.
Para poder proponer nuevas formas de atención del parto es necesario conocer a profundidad la realidad en las salas de parto de los hospitales. Esto no se logra leyendo en papeles el funcionamiento de las instituciones de salud. Esto solo se puede lograr si hay una investigación inter y multidisciplinaria que incluya la visión de las usuarias como la principal fuente de información, ya que son ellas las que realmente viven esa experiencia. Estas investigaciones ayudarán a proponer nuevas alternativas, basadas en las costumbres, necesidades y expectativas de las mujeres de cada localidad o región.

Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y el Nacimienteo

La Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y el Nacimiento (RELACAHUPAN) es un conjunto de redes nacionales, agrupaciones y personas que propone mejorar la vivencia del parto y la forma de nacer.
Se formó luego del Congreso "Humanización del Parto y el Nacimiento" en Ceará, Brasil, en noviembre del año 2000.
A partir de esa fecha se fueron sumando más personas de diversos países que no habían podido asistir a ese congreso y que son gente activa por los mismos objetivos de la Red.
Los grupos o personas de cada país tienen autonomía de acción, lo que los une es el trabajo desinteresado para mejorar la vida en el planeta por medio de un parto y un nacimiento sanos y satisfactorios.
A través de estaRed, los grupos y personas intercambian información e interactúan como parte de una campaña continental por la humanización del parto.